(Foto: Hernán Zin/El País)
Hoje, na revista do El País, uma reportagem muito interessante do jornalista Jon Sistiaga, sobre a banalização da violência. Ele retrata a insanidade da vida na Somália mas este texto poderia descrever muitos outros lugares do mundo. Infelizmente. Lugares onde, cinco minutos depois de rebentar uma bomba ao fundo da rua, há um cozinheiro que vem à porta chamar os clientes de volta para a mesa do restaurante, porque a comida está a arrefecer...
«Al aterrizar en Mogadiscio, el visitante debe rellenar un formulario. Nombre, nacionalidad, motivo de la visita y... ¡tipo de arma que lleva! Marca, calibre y número de serie. Si no traes ninguna, te miran con cara de extrañeza. Así se entra en Somalia. Un país que lleva 20 años hundido en la anarquía. Ahora sufre la peor crisis humanitaria en lo que llevamos de siglo. Hambrunas. Sequía. Balas. Casi dos millones de desplazados, dentro y fuera del país. Entramos en el territorio de los señores de la guerra en el Cuerno de África.»
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